Barry Carter comenta el retraso de la mesa final del Evento Principal de las Worlds Series of Poker y se pregunta si todavía es necesario.
La semana que viene comienza la mesa final del Evento Principal de las WSOP tras el retraso de tres meses "November Nine". Es la sexta vez que esto tiene lugar.
La decisión de parar la acción en el Rio en julio y volver en noviembre parecía absurda cuando se propuso, pero ya forma parte de la tradición del poker.
El mundo del poker ha cambiado de forma dramática desde que se introdujeron los November Nine. En los primeros años los "November Niners" ganaban más dinero con los patrocinios que en el propio torneo.
La presencia televisiva garantizada que acompañaba a jugar la final del mayor torneo del año y que el viaje durase tres meses, era una tentación irresistible para las salas de poker online. Por ello invertían mucho dinero y se creaba una expectación enorme.
Todo eso cambió en 2011 con el Viernes Negro. De repente lo más interesante del retraso había desaparecido, o al menos había disminuido. Llegamos al tercer November Nine del mundo "después del Viernes Negro". ¿Sigue valiendo la pena retrasar la mesa final?
El orgullo de ser un November Niner
Incluso aunque ya no hay patrocinios capaces de cambiarte la vida, los jugadores han abrazado el concepto de los November Nine. Convertirse en uno es todo un logro, similar a ganar un brazalete (menor). Ponerles nombre a los que llegan a la mesa final ha elevado este logro.
De hecho muchos jugadores que hoy son conocidos se hicieron un nombre al llegar a la mesa final:
Dennis Phillips, Scott Montgomery, Ivan Demidov, Chino Rheem, James Akenhead, John Racener, Joseph Cheong, Martin Staszko, y Jeremy Ausmus han acabado siendo nombres conocidos tras llegar a la mesa final.
La mezcla de impulso y el dinero garantizado de al menos un noveno puesto hace que normalmente alguno de ellos también gane algo grande durante el parón. Ivan Demidov quedó tercero en las WSOPE de 2008, y tanto James Akenhead como Antoine Sauto llegaron a la mesa final de ese mismo evento al año siguiente. Joseph Cheong obtuvo varios resultados de seis cifras durante su parón de 2010, al igual que Matthe Jarvis. En 2011 pasó quizás lo más impresionante: durante el descanso Sam Holden ganó el Late Night Poker y Matt Giannetti se hizo con un título del WPT.
Continuidad y expectación
Ciertamente el parón crear una sensación de continuidad entre las WSOPE y las WSOP. En lugar de parecer dos eventos distintos, ahora las WSOPE forman parte de la serie en su totalidad. A esto también ayuda el hecho de que la carrera de Jugador del Año de las WSOP dure hasta las WSOPE y el Evento Principal puede cambiar ese resultado.
Quizás una de las mayores razones para retrasar lamesa final sea crear expectación para la retransmisión de la mesa final.
No estoy seguro de que eso vaya tan bien como antes.
Sin la presencia de grandes patrocinadores online como en la era previa al Viernes Negro, ya no hay tanto dinero para marketing de la mesa final por parte del mundo delpoker.
Por ejemplo, es lícito decir que JC Tran es un gran nombre en el poker, después de Phil Ivey y Michael Mizrachi puede ser el nombre más importante en llegar a los November Nine. Sin embargo, no hemos sabido mucho de él desde que llegó a la mesa final (yo mismo he intentado obtener una entrevista, sin suerte).
El hecho de que una historia tan grande como esta no haya tenido mucha repercusión es trise. Sin embargo, las cifras de espectadores han mejorado desde que se introdujo el retraso, así que eso sigue importando.
Hacer del poker televisado un deporte para los espectadores
Una de las cosas buenas del lado promocional del retraso es que ayuda a contar una historia y crear personajes. Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los productores televisivos de poker es hacer que una mesade jugadores desconocidos sea interesante y el retraso nos permite conocer más a fondo a los jugadores que si solo les viésemos en una entrevista en la ESPN.
La gente recuerda a personajes "hombre común" como Darvin Moon y Dennis Phillipps, o Greg Merson, el hombre que se recuperó de su adicción a las drogas para acabar siendo el campeón, o puede que el promotor de clubes nocturnos Jay Farber de este año, que ha prometido dar una fiesta pase lo que pase.
Los retrasos nos permiten conocer mucho mejor a los jugadores.
Puede que lo más emocionante sobre el November Nine es que crea lo más parecido a un espectáculo deportivo que veremos en el poker. El retraso es lo bastante largo para que los jugadores lleven a 50 amigos, los vistan a juego, les hagan beber y les tengan animándoles y cantando cada vez que ganan un bote. Esto es algo realmente único y emocionante en el poker, y si queremos vender el juego como un deporte para espectadores, ésta es la forma de hacerlo.
Puede que el November Nine ya no sea la tierra prometida que fue, puede que no logre los objetivos que se puso en un principio, pero creo que está aquí para quedarse. Ya forma parte de la historia delpoker y al menos hace de la mesa final un evento mucho más deportivo que cualquier otra cosa en elpoker.
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